martes, 1 de mayo de 2012

Una lágrima detrás de otra.

Y te pones a leer conversaciones, mensajes privados, comentarios, textos. Miras fotos de no hace tanto. Y te caen las lágrimas, así sin más. Intentas controlarlas pero como siempre, sin éxito alguno. Te preguntas a ti misma que ha pasado. Donde está él, el que conocías antes que se ha vuelto un casi completo desconocido. Tratas de encontrar respuestas a todas esas miles de preguntas. Y te das cuenta de que todo es culpa tuya. Eres la responsable de todo lo que ha pasado. Sabes que para él no eres nada, pero lo que realmente no sabes es si le importaste algun día. Si sus te quieros eran reales. Si sentía todo aquello que decía. Si sus abrazos eran por compromiso. Y te vuelven a caer las lágrimas, porque ni tu misma sabes que ha pasado, porque lo hiciste. No sabes si volverá a hablarte algún día, y estás casi convencida de que apenas recuerda tu nombre. Lo único que sabes es que lo has perdido, sí. Definitivamente. También sabes que él sería amigo de trescientas antes que de ti, pero que muy pocas le han querido como tu lo has hecho. Sabes que le fallaste, y que es de lo que más te has arrepentido, pero ya no valen los "lo siento". A él todo eso ya no le vale. Le fallaste una vez y es lo que cuenta. Ni siquiera tienes la certeza de que vaya a leer estas palabras, pero aunque lo hiciera sabes que no le afectan, que nada va a cambiar, porque ya no le importas nada, absolutamente nada. Tendrás cientos de amigas, de las de verdad, pero te falta él. Te faltan sus conversaciones hasta las tantas de la madrugada. Te faltan sus cubatas en fiestas. Te falta su sonrisa cada mañana. Te faltan sus te quieros. Te faltan sus abrazos, esos que eran los únicos de hacerte sentir segura. Todo esto te lleva faltando durante 8 meses; que me atrevo a reconocer que han sido de los peores. Y sientes que ya no puedes más. Él está en todas las conversaciones. Su nombre aparece en todos lados. Su sonrisa es tu debilidad, tu autentica debilidad. Cualquier cosa la relacionas con él, sabiendo que para él no existes, que ni siquiera te dirige una sonrisa cuando te ve. Y eso te duele, cada día duele más, porque sabes que nada volverá a ser igual que antes. Y realmente no sabes por que escribes esto, si realmente sabes que nada cambiará. Que le has perdido para siempre.

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