Ese miedo, esa sensación.

Créeme cuando te digo que para mi no es fácil, tenerte cerca y no poder ni mirarte por miedo a que te des cuenta. No poder volver a lo de siempre, porque ahora ya no hay nada, no lo hago por orgullo, tu dices que tampoco, coincidimos en algo, decimos que lo hacemos por ti, por mi, por los dos, por ese nosotros que nunca ha existido y nunca existirá. No me resulta fácil verte cada día, a cada hora, todos y cada uno de los jodidos días. Solo quiero acabar con esto de una puñetera vez, acabar sin mas, pasar pagina, terminar el libro, con un sencillo adiós, pero cuando te vea irte, girarme y mirarte, mientras te alejas, con una sonrisa en la cara, y que tu también la tengas, por habernos conocido, y con la incertidumbre de no saber lo que hubiese podido pasar pero que no pasó, esa historia que te negaste a escribir por el que dirán. Sin saber ni como ni cuando volveré a verte, ni si quiera tendré la seguridad de que te acuerdes de mi nombre, seguramente ni lo harás, ¿pero que se podía esperar? Siempre pasa lo mismo. Siempre comienzo, rectifico, siempre hay mención de empezar y luego, ni se empieza, ni se sigue ni se acaba. ¿Has tenido alguna vez esa sensación? La de tener a un completo desconocido sentado a tu lado, pero saber que no quieres ni mirarle a la cara por miedo, miedo a lo que puedas ver, a lo que puedas creer, a lo que puedas sentir, a lo que pueda ser, y a lo que sabes que no será.